Último concierto del año el
ofrecido por los DelTonos en Valles, y cierre magnífico a lo que ha sido un año
en el que hemos disfrutado de una
programación fantástica y cada vez más potente, hemos ampliado y mejorado la
sede gracias al trabajo desinteresado de los socios, y hemos vivido también con
pesar la muerte de nuestro socio y amigo Chema Fombona, que fue homenajeado en
este concierto al cumplirse el cabo de año de su desaparición.
Llevábamos bastante tiempo detrás
de los DelTonos, y por eso nos hizo ilusión poder finalmente cuadrar fechas y
recibir en Valles a una de las bandas
más respetables y meritorias del circuito patrio, que celebran este 2016 su trigésimo
aniversario y que demostraron sobre el terreno estar en plena forma. La
trayectoria impecable de la banda y el calor que despierta entre sus fieles atrajo
a numerosos seguidores que llenaron la sede de Valles de nuevas caras. Así, con
un público expectante, y animosa puntualidad,
los músicos encabezados por Hendrik Rover iniciaron sobre las 23:15 un
concierto impecable, que gustó a todo el
mundo –neófitos y fans añosos-.
El concierto en Valles resultó todo un éxito, uniéndose a
la participación de los oyentes el buen sonido en la sala, la actitud y entrega
de los cuatro músicos y un repertorio perfecto para el directo, en el que se
incluyeron temas de varios de los discos publicados por la banda en estos
treinta años, desde el recientemente publicado ‘Salud’ hasta aquellos primeros ‘Tres
hombres enfermos’ y ‘Bien, Mejor’. Los DelTonos, siempre liderados por el
enigmático Hendrik Rover, son una apuesta segura en el escenario. Los miembros,
a excepción del citado Rover, han ido cambiando desde los años ’80, y también
el repertorio, que ha evolucionado, como el propio compositor, desde un rythm’
blues estimulantemente urgente a nuevos sonidos que unen el country, el folk
americano y el blues rock más severos y
rotundos, pero igual de convincentes y con la misma y personal esencia
deltoniana. El juego de guitarras entre Rover y Fernando Macaya resulta
brillante y en el escenario pudimos observar la compenetración absoluta entre
ambos, y su poderío guitarrero. Por detrás, el bajo seguro de Pablo Z. y la
batería del último miembro incorporado a la banda, Javi Arias, daban a las
guitarras un soporte fantástico, sólido
y luminoso. Y las letras en español, que muchos descubridores de los DelTonos
esta misma noche agradecieron. Hora y media de concierto, bises incluidos, en
los que no hubo momento para el aburrimiento, y en el que los cántabros
demostraron tener cuerda para rato. Poco más se puede pedir a la banda, aunque quizá
una mayor interacción con el público hubiese enfatizado un poco la emoción del
momento, ya que en ocasiones los músicos parecían ensimismados
y muy metidos en lo suyo. Sería concentración o espíritu montañés? Aún con la
duda, el concierto lo califico de diez, lo pasamos bárbaro y esperamos repetir
en nuevas ocasiones.
Como siempre, nos vemos en Valles
amigos, pero eso será ya en el 2017. Félices prósperos para todos!
Conchi Gálvez
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