Con alegría y alguna copa de más celebramos el undécimo aniversario de la asociación Bocanegra entre consignas de autoafirmación tipo: “y que dure…”, “quién lo diría..”, “cómo pasa el tiempo ..”y tal. Con un aforo completo y el escenario estrenando cañones de luz de lo más sofisticado, todo obra de los ñapas de la directiva, subió a dar la bienvenida la presi Ana Canteli, que como cada año agradeció la confianza de los socios y público de los conciertos y del pueblo de Valles, que nos deja ser y estar.
Con un programa doble bastante denso por delante, enseguida se dio paso a los artistas. Actuó primero la compositora canadiense Samantha Martin acompañada de su banda Delta Sugar, recién llegados de Zaragoza en una megagira que les está llevando por 10 países !! y que ofrece 17 actuaciones en España; los pobres no saben ni por dónde andan. Su propuesta entremezcla el soul con el blues y los aires country folk de la llamada americana music. Una voz rasgada, tan áspera como sugerente es la seña de identidad de esta joven intérprete, compositora y guitarrista, que defendió sus temas con vehemencia y convicción. Como acompañamiento, una banda integrada por bajo y batería, guitarra, teclado/saxofón y dos coristas que lograron dar lustre y emoción a un repertorio bastante uniforme. A pesar de los coros y arreglos del pianista, el conjunto quedaba un poco pobre en comparación con los temas del disco que tuve ocasión de escuchar en la radio en días procedentes. Un hecho común con otros artistas, grabar discos con una producción, arreglos e instrumentación tan flipantes, que luego el directo se queda un poco pobre. Aunque la música en vivo es otra cosa, ya lo se. Yo creo que solo con haber metido unos buenos metales acompañando al tímido saxo, el resultado hubiese sido tremendo. El aire de los temas fue en general suave y cadencioso, un soul estructurado en medios tiempos, con un par de baladas blueseras para corazones partidos. Algún tema más rockero nos movió un poquitín más. El grupo sonaba compacto y firme, destacando las armonías de las dos coristas y buenos momentos de guitarra y piano. Este último tocaba también el saxofón, incluso simultáneamente al teclado, una mano en cada instrumento, very crazy. Bises con versiones de la Creedence y los Stones que fueron celebradas por el personal. El concierto gustó mucho al público, así lo recogí de unos y otros. Sin duda, los coros fueron lo más, esa fue la opinión más repetida.
En poco tiempo subieron al escenario Los Ministros, banda mítica de la tele y de las noches asturianas que pasó en varias ocasiones por el escenario de la asociación, allá en los viejos tiempos, dejando siempre muy buen sabor de boca a los asistentes. Aunque todos los músicos siguen en activo, la banda como tal llevaba ya un tiempo ‘desactivada’, así que consideramos un gran detalle por su parte el interés y el trabajo desarrollado para preparar este concierto extraordinario. Como regalo además, cinco ministros y no cuatro, así que más madera. Cinco grandes y carismáticos músicos -Wilón DeCalle (batería) Álvaro Bárcena (guitarra y voz), Javi Méndez (bajo y voz), Nacho Cabeza (guitarra y voz) y Borja García (guitarra y voz) que saben hacer disfrutar a la gente con un repertorio y una puesta en escena viva y en constante ebullición. Llevan muchos años quemando rueda por los escenarios y eso se nota. Con tres guitarrones en el escenario, el rock’n’roll tenía que reventar la sala, como así fue. ¿Quién no se deja arrastrar por una banda escupiendo a toda pastilla AC-DC, Los Ramones, Rolling Stones ó zzTop, con un par de cervecillas encima? Allí bailaba hasta el apuntador. Muchas ganas y mucho feeling del público con los artistas, que se hacen ‘de querer’. Una hora y pico de fiestón, aplausos y brazos en alto por parte del público, que lo pasó en grande y seguía pidiendo más cuando se dio fin al concierto, más por cumplir el horario que por falta de ganas, pues las había.
En resumen, todo genial, y así pasen otros once años.
Nos vemos en Valles (Pido perdón por escaparme como una cucaracha sin despedirme de nadie)
Conchi Gálvez
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