Pocos son los
momentos en la vida en que nos paramos a pensar lo rápido que va todo, y cómo
las cosas pueden cambiar -pasa a veces, sí, amiguitos- para bien. Así a lo
tonto y como quien no quiere la cosa celebramos el 28 de enero el noveno
aniversario de la asociación Bocanegra con un conciertazo que difícilmente
hubiésemos podido imaginar en los inicios de esta aventura, el cartel de
‘Completo’ en la puerta, y muchos amigos celebrado con nosotros los buenos
momentos disfrutados en este mundo aparte de Valles.
Se abrió la
noche con la intervención de la presidenta de la asociación, Ana Canteli, que
ante una sala llena de socios y de caras nuevas se mostró orgullosa de estos
nueve años de vida de la asociación en la que han pasado y hemos vivido tantas
cosas. Confirmó que hay ganas de seguir trabajando y de hacer las cosas bien,
agradeció a los dueños de la sede la cesión gratuita del local, a los vecinos
de Valles su paciencia y respeto con las actividades celebradas, y prometió un
décimo aniversario espectacular. Gran aplauso y ganas de concierto al acabar
Ana su intervención.
Enseguida
subieron al escenario la banda de la noche, los Silverbacks, que se marcaron la
introducción con un par de temas instrumentales sugerentes, muy smooth soul,
antes de la aparición de la solista Shirley Davis. La banda madrileña acompaña
a la cantante en esta gira de
presentación del disco ‘Black Rose’ grabado el año pasado para el sello Tucxone
Records, una joyita de producción e interpretación que merece tener en casa.
Los primeros
temas interpretados ‘What can I do’, ‘Two worlds’ o ‘Burial of a dead Star’ demostraron
ya el poderío vocal y la fuerza de Davis, en su salsa en el escenario, que
animó a un par de espontáneos a subirse y bailar con ella. Irresistible la voz
y la personalidad interpretativa de la solista, arropada siempre por unos colchones
de vientos y de teclado muy sofisticados.
El sonido de la
sala resultó realmente increíble, como un disco sonando en un equipo hi-fi de
los buenos, y no está demás felicitar al técnico Jorge Alvarez-Nava, que se lo
curra siempre a base de bien, porque el tío se superó esta vez. La voz de la cantante,
cálida y aterciopelada, llena de color, sonaba clara y con fuerza por encima de
una banda muy equilibrada, impecable en la ejecución y de gran profesionalidad a
la que solo hubiésemos podido pedir solo un poco más de frescura e improvisación.
La base rítmica marcada Jorge ‘Canario’ –que ya había estado tocando en Valles
seis años atrás con los amigos de ‘Tea Band’- y un inmenso Diego ‘Comandante’
Miranda al bajo, que estuvo todo el concierto con una presencia increíble, daban
un tono al concierto en el que era imposible estarse quieto.
El calor iba
subiendo, iban sonando baladas y medios tiempos suavinos, como el guapísimo
‘Make my day’ muy en la onda de Van Morrison, impecablemente interpretados,
empujados por la gran expresividad vocal de la solista, y la finura de la
guitarra y los teclados. El público ya estaba caliente y con ganas de darlo
todo. El repertorio iba ganando en ritmo y calor. Sonó ‘Two worlds’ con un tumbao de bajo irresistible y una
presencia de metales de esos pelosdepunta.
‘My universe’ con un teclado hipnótico y una elegancia que recuerda aquellas
pelis de James Bond. El aposteosis llegó con el tremendo funky ‘Vanity’ , con un bajo pa caer de culo, y unos teclados y
vientos enloquecidos, en el que Shirley
pidió la intervención del público en los coros. Bailábamos todos, hacíamos
coros y lo que fuese, estábamos en las nubes.
Estaba la sala
entera muy arriba cuando Shirely se despidió del público, y con ganas se pidió
a grito pelao un bis, que disfrutamos sabiendo que aquello se acababa. En fin,
es un hasta luego, no un adiós. Como siempre, nos vemos en Valles.
https://www.youtube.com/watch?v=BxF3teXZq_0
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