CONCIERTO QUIQUE GOMEZ
Siguiendo con la nueva temporada de conciertos abierta el pasado 6 de abril que esperamos sea ya imparable, recibimos en Valles a Quique Gomez, famoso armonicista con una larga carrera a sus espaldas que le ha llevado a participar en numerosas formaciones como líder o acompañante de grandes artistas del blues, en Europa y Estados Unidos.
A Valles llegó en cuarteto presentando en España el disco grabado en California con el guitarrista Little Charlie Batsy, fallecido en 2020. Con dos de los músicos que participaron en la grabación, el baterista Alex Pettersen y el guitarrisya Kid Andersern, y la incorporación del bajista David Salvador, inician esta gira europea para presentar este disco que bebe de las fuentes más auténticas del blues. Nada malo se puede decir de estos cuatro profesionales que nos deleitaron con su solvencia en un concierto homenaje a los clásicos. Técnica depurada, buena sintonía entre los músicos, repertorio acertado y un público con ganas y disfrutón, fueron los ingredientes de un concierto espléndido.
Debemos mencionar también el finísimo sonido de la sala, más impecable que nunca. El buen hacer de Jorge y las mejoras en el aislamiento de la terraza crearon una atmósfera limpia y diáfana, eliminando al máximo los molestos murmullos reverberantes que antes tanto daban por saco.
El repertorio ofrecido por los artistas combinó temas del disco mencionado, “Cookin at Greaseland” y temas de la época dorada del blues y el swing con Jimy Rogers, Muddy Waters o Charlie Parker. Quique Gómez asumió su rol de front man con honestidad y con la naturalidad de quien se encuentra cómodo en el escenario. Lo mismo te canta un divino ‘Tangerine’ que se deleita con la armónica homenajeando a los grandes del instrumento. Su voz no posee la hondura de los grandes croonesr, pero tiene un toque muy personal y elegante en su amable desaliño, una sencillez digna de agradecer en estos tiempos de postureo y autotune.
La banda en conjunto resultó impecable; la base rítmica estuvo garantizada con la templada batería y el bajo del gran David Salvador, un músico también curtidisimo en la escena de la black music en España que demostró su gran solvencia con el instrumento. Su sintonía dio pie al protagonismo de la armónica de López y la guitarra del brillante Kid Andersen que destacó con una excelente técnica en sus ejecuciones; refinamiento y buen gusto en sus improvisaciones. Todo con la agilidad, la limpieza y la elegancia de los buenos.
En resumen, un gran show de principio a fin que disfrutamos mucho y se nos hizo corto a pesar del par de bises regalados. Qué bien que estos momentos por fin hayan vuelto.
Nos vemos en Valles
Conchi Gálvez
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