CONCIERTO CAYON Y LORD BISHOP
Parece que a la tercera va la
vencida. Después de dos desafortunadas fechas truncadas, por fin la banda local
Cayón pudo subirse al escenario de Valles y ofrecer un concierto muy esperado.
Nacida por la afición de sus miembros al rock and roll y sin más pretensiones
que el disfrutar de tocar entre amigos, la banda ha ido consolidando en estos
años su sonido, su técnica y su personalidad, han compuesto sus propios temas y
disfrutan con sus conciertos, a los que acuden ya un buen número de seguidores.
Tienen un aire stoner, basado en la contundencia de su base rítmica y la
firmeza de sus guitarras, el deleite en solos afilados y los intensos momentos instrumentales
que les acercan al rock progresivo. Sus temas, todos con letras en inglés,
terminan de dar forma a un estilo propio con vocación transfronteriza, que
puede llevar a la banda muy arriba. Deseamos a los amigos de Cayón un gran
futuro y muchos éxitos.
Tras el sustancioso aperitivo de
Cayón, subió al escenario el trío liderado por Lord Bishop, una descarga de
rock, funk y blues de las de no parar. El show empezó con una intro muy funk y
sugerente del bajista que demostró su nivelazo todo el concierto, al que se
unió después el batería, un brasileño todo ritmo y finura. Finalmente, al más
puro estilo americano, inundó el escenario la estrella, Lord Bishop, un tío
enorme en todos los sentidos. En este formato power pop trío, el neoyorquino
enlazó temas propios y otros muy conocidos para los amantes del rock, empezando
por el ‘Sunshine ‘de Steve Wonder y acabando con Led Zeppelin y Black Sabbath. Por
el medio, temas de Hendrix, Cream, Ike&Tina, el blues de BBking…un gran
homenaje la música que todos amamos. Entre ellos, algún tema suyo de onda funk,
como el pegadizo ‘My song’. Imposible resistirse al buen rollo de los músicos y
a su marcha en el escenario, una puesta en escena impecable. El groove del
bajista nos mantuvo en movimiento todo el rato, unido a la energía y el
colorismo del batería, que por momentos parecía levitar sobre su asiento. Lord
Bishop por si mismo es un espectáculo en el escenario, por su tamaño, su
habilidad con la guitarra y la fuerza y profundidad de su voz.
Pasó el tiempo volando, y embriagados
de rock, blues y funk, los del público reclamamos uno, dos y tres bises, y aun
así nos quedamos con ganas de más, pero con alegría. Ya lo decía Cervantes: “más
vale quedar con gana que caer en la cama”.
Nos vemos en Valles.
Conchi Gálvez
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