Leelo n'asturianu
Todo el calor y el color de Brasil inundaron el pasado sábado la sede de la asociación Bocanegra con un cuarteto de lujo, cerrando así el ciclo ‘Otras músicas’ que ha ocupado nuestra programación durante el mes de junio. Vaudí Cavalcanti llegó a Asturias hace 20 años, y desde entonces ha ido convirtiéndose en un verdadero embajador y divulgador de la música de su país. Ya sea a través de los siete discos que tiene publicados, en los que incluye temas propios y versiones de sus artistas preferidos, ya en los shows en vivo con distintas formaciones -siempre acompañado de excelentes profesionales-, y con un buen rollo y una perseverancia envidiables, el músico de Recife recorre incansable Asturias y el extranjero cual moderno apóstol de la bossa nova y la música popular brasileña surgida en los años ‘60, sin olvidar otros ritmos más tradicionales como el samba, el frevo o el forró. En esta ocasión, pudimos disfrutar de su innato ritmo y su musicalidad en Valles acompañado de un trío de ‘all stars’: Jurandir Santana, guitarrista procedente de Salvador de Bahía y recientemente afincado en Barcelona, es un músico de larga trayectoria, muy respetado en su país de origen, un verdadero ángel del brasiljazz, que une a su depurada técnica una elegancia y un sentimiento cautivadores. Por su parte, la maestría de Tony Cruz al bajo está lejos de toda duda, como ya lo ha demostrado en las distintas ocasiones en las que ha pasado por Valles. Con un potente y riguroso groove, dota a la banda de un colchón rítmico robusto y sofisticado, lleno de matices, que aporta a cada tema un cuerpo especial. Difícil tarea la del batería suplente para acoplarse a este elaborado ritmo, y sin embargo Chema Fombona lo consiguió, superando la prueba con un notable más que alto. Envuelto en una liada de última hora para sustituir a Carlos Manckuzo, se subió al escenario sin un solo ensayo y sin conocer el repertorio. Solo los grandes son capaces de asumir estos retos de última hora, y Chema ha demostrado que tiene un backgroud tremendo y una sangre fría o caliente, según se mire extraordinarias.
Todo el calor y el color de Brasil inundaron el pasado sábado la sede de la asociación Bocanegra con un cuarteto de lujo, cerrando así el ciclo ‘Otras músicas’ que ha ocupado nuestra programación durante el mes de junio. Vaudí Cavalcanti llegó a Asturias hace 20 años, y desde entonces ha ido convirtiéndose en un verdadero embajador y divulgador de la música de su país. Ya sea a través de los siete discos que tiene publicados, en los que incluye temas propios y versiones de sus artistas preferidos, ya en los shows en vivo con distintas formaciones -siempre acompañado de excelentes profesionales-, y con un buen rollo y una perseverancia envidiables, el músico de Recife recorre incansable Asturias y el extranjero cual moderno apóstol de la bossa nova y la música popular brasileña surgida en los años ‘60, sin olvidar otros ritmos más tradicionales como el samba, el frevo o el forró. En esta ocasión, pudimos disfrutar de su innato ritmo y su musicalidad en Valles acompañado de un trío de ‘all stars’: Jurandir Santana, guitarrista procedente de Salvador de Bahía y recientemente afincado en Barcelona, es un músico de larga trayectoria, muy respetado en su país de origen, un verdadero ángel del brasiljazz, que une a su depurada técnica una elegancia y un sentimiento cautivadores. Por su parte, la maestría de Tony Cruz al bajo está lejos de toda duda, como ya lo ha demostrado en las distintas ocasiones en las que ha pasado por Valles. Con un potente y riguroso groove, dota a la banda de un colchón rítmico robusto y sofisticado, lleno de matices, que aporta a cada tema un cuerpo especial. Difícil tarea la del batería suplente para acoplarse a este elaborado ritmo, y sin embargo Chema Fombona lo consiguió, superando la prueba con un notable más que alto. Envuelto en una liada de última hora para sustituir a Carlos Manckuzo, se subió al escenario sin un solo ensayo y sin conocer el repertorio. Solo los grandes son capaces de asumir estos retos de última hora, y Chema ha demostrado que tiene un backgroud tremendo y una sangre fría o caliente, según se mire extraordinarias.
El concierto empezó sobre las
once de la noche, con la sede a medio aforo. Ritmos suaves y bossa nova llegaban
de la mano del ‘Brasil pandeiro’, el ‘Falsa baiana’ del gran Joao Gilberto o el
‘Eu te devoru’ y el ‘Sina’ de Djavan, que fueron dando paso a
temas más marchosos, como el famoso ‘Fato consumado’ del mismo autor, y el primer
funky de la noche, un poderoso ‘Jacksoul’, donde los presentes ya irremediablemente
nos mecíamos sin poder parar, hipnotizados por esas mágicas cadencias. Los
impecables solos de Jurandir al que
siempre llamo ‘el Benson de Bahía’
por la similitud en el estilo, la limpieza y el gusto de sus fraseos con el
famoso norteamericano, y por esa técnica tan bensoniana de cantar las notas en
las improvisaciones que no se cómo se llama-, nos iban subiendo al cielo por
momentos. Tras un breve descanso, Vaudí y Jurandir subieron al escenario para
interpretar la intimista versión que hiciera en su día Caetano Veloso del
‘Billie Jean’ de Michael Jackson, para dar paso, ya con los cuatro músicos en
plena forma sobre las tablas, a la parte más cañera de la noche, y así,
bailando sin parar disfrutamos -con la sede y la terraza llenas ya- de temazos
como el conocido y dulce ‘Capim’, de nuevo el funky con ‘Olhos coloridos’ de Sandra
de Sá, o el ‘Linha de passe’ del enorme Joao Bosco. Las referencias al Brasil
más folklórico y rítmico llegaron con la versión de ‘Qué bloco é esse’, típica
marcha de carnaval del nordeste brasileño, y el ‘Morena tropicana’, con el que
Vaudí reivindicó sus raíces pernambucanas. La banda sonaba muy caliente, sólida
y compacta, y el buen sonido permitía distinguir con claridad las florituras de
cada uno de los músicos, cada quién en su papel con una maestría admirable.
Tras el anuncio de la despedida y
los espectaculares solos de bajo y batería, la banda nos ofreció un par de
bises, el primero interpretando el precioso ‘Samurai’ de Djavan, que Vaudí
dedicó a su amigo y antiguo colaborador Juan Florenti, bien conocido por estos
lares, terminando con el famoso ‘Flor de Lys’ cantado en español y portugués.
Una gran noche de fiesta en la que los presentes disfrutamos muchísimo, tanto
desde abajo como desde el propio escenario, como así nos comentaron los músicos
al terminar la actuación, y que dejó el espíritu pleno de agradables
sensaciones a los muchos aficionados a la música brasileña. Quiero destacar
también la cordialidad de estos grandes músicos, así como su humildad y sencillez,
que los hace aún más dignos de admiración, y que a veces es tan difícil de
encontrar, en la música y en la vida en general.
Conchi Gálvez.
Léelo n'asrurianu
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JURANDIR SANTANA&VAUDÍ 15/06/2013 Fotos: Nacho Sariego |
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