martes, 12 de diciembre de 2017

GABY JOGEIX 23 diciembre 2017

Fin de  año interesantísimo con la actuación del gran Gaby Jogeix, artista sincrético y con una visión muy contemporánea y cosmopolita del blues, que ofreció desde mi punto de vista uno de los mejores conciertos del año.
Con una sólida carrera a sus espaldas, se presentó en Valles en formato cuarteto, sumando a su interpretación la de tres grandes músicos -bateria, bajo y teclados-con los que se entendió bien en el escenario y que dieron cera y esplendor a un concierto emocionante. Ver a Jogeix a la guitarra eléctrica, la lap steel y cantando con una voz fuerte, expresiva y vibrantemente trabajada, resulta todo un espectáculo. Con una vena perfeccionista casi irritante, afirmaba sobre el escenario tener una misión: hacer disfrutar al público. Para conseguirlo se lo curró a base de bien, nos ofreció un concierto muy largo de más de dos horas, intenso y muy entretenido, con una banda convencida y bien dispuesta.
El repertorio, de lo más eléctrico, amparado bajo el paraguas del blues, el rock, el jazz o el góspel y todo agitado en un cóctel irrenunciable. El bagaje y la versatilidad del artista, tanto en su vertiente compositiva como de interpretación, resultó notable. Cada tema era muy diferente al anterior, y parecía que el músico iba adoptando diversas personalidades musicales. Sus riffs resultaban tan potentes y electrizantes como delicadas las melodías, y sofisticadas las improvisaciones. Todo sonaba conocido- aires de Scofield, Jeff Beck, McLaughlin o Robben Ford, y absolutamente nuevo y personal a la vez. Los primeros temas fueron interpretados con guitarra eléctrica, la segunda parte con lap steel. A su alrededor, buenos acompañantes, destacando un batería resuelto y polirrítmico, que además cantaba muy bien y se marcó dos rockanrolles míticos; un teclista sutil al Hammond, todo matices y sutileza en los colchones y acompañamientos, y un bajista eficaz, quizás el menos integrado en la banda, pero aún así cumpliendo más que de sobra con su cometido. Muy bien metidos además arreglos y ejecución en directo de los temas: intensidades, coros, subidas y bajadas, ritmos, silencios...esas cosas que hacen de un concierto bueno algo superior.
Por la parte no tan buena, lamentar de nuevo la desagradable algarabía de la terraza, que se hacía evidente en el escenario en la presentación de los temas, las pausas y los temas tranquilos. Además de resultar molesta y perturbadora, me produce vergüenza ajena delante de los músicos. Les ves incómodos y piensas qué coño está haciendo esa gente, a qué ha venido y por qué no se calla. Es una cuestión realmente exasperante, que trasciende en mucho lo musical.
Para no alimentar la úlcera estomacal y obviando esta inevitable lacra, prefiero dejar en el recuerdo lo disfrutado de la noche con Jogeix y su banda: un concierto rebosante de virtuosismo y expresividad, creatividad y elegancia, brío y color. 

lunes, 27 de noviembre de 2017

ASH GRUNWALD 9 DICIEMBRE 2017

SÁBADO 9 de diciembre 23:15
Llegó Ash Grunwald a Valles como una verdadera leyenda viva del blues australiano. Un artista consolidado y respetado en su país, con nueve discos ya en su haber y críticas buenísimas sobre sus directos en los que encandila a público y crítica. La intensa gira española le está moviendo este mes por todo el país a un ritmo vertiginoso, sin que el cansancio reste un ápice de amabilidad y simpatía a este tipo apacible y bienencarado. Presentó en Valles su último disco en formato power trío de guitarra, bajo y batería con un show nonstop de auténtico groove bluesero.
Muy fiel al espíritu áspero y profundo del blues más original, su personal estilo es un homenaje a la música negra y espiritual, en las que une su voz espesa y rugosa a una guitarra persuasiva y contundente, que absorbe también las influencias del rock y el hardblues de las últimas décadas. Grundwald conectó enseguida con el público, de manera natural, contagiando también a sus músicos que supieron aportar la base rítmica precisa para hacer brillar las melodías de guitarra y dobro del australiano. El repertorio combinó momentos intimistas, melodías elaboradas y algo hipnóticas en la guitarra, explícitas en la voz y con los aires densos y primitivos del delta, con otras más potentes y bailonas, en las que daba paso al blues más eléctrico y contemporáneo. Una genuina explosión de ritmo y sentimiento en el escenario, en el que se fueron encadenando temas que el público fue acompañando con total entrega, coreando las versiones y el ‘Hammer’ de su último disco, un verdadero himno de liberación que se compartió a pie de escenario y en la terraza.
El público en valles respondió como siempre al blues y el calor hacia los músicos fue efusivo y auténtico, en un ambiente propicio para el disfrute. No obstante, y como suele ocurrir, algunos loros antimusicales había entre los presentes, dando por saco a los de al lado con su cháchara continua y sus carcajadas fuera de lugar. Iros pa’l chigre ya, pesaos. Es una batalla parece que inevitablemente perdida, tendremos que llamar a Superlópez.
Fuera de estas incomodidades, el concierto fue un éxito: el público estaba entusiasmado y los artistas se encontraron también cómodos y disfrutaron de la noche. Ese es el espíritu con el que se creó la asociación Bocanegra y que intentamos mantener en Valles diez años después, mientras la llama siga viva. Nos vemos por allí arriba.

Conchi Gálvez.

lunes, 30 de octubre de 2017

SHANNA WATERSTOWN 11/Noviembre/2017

SABADO 11 DE NOVIEMBRE 2017
Noche encabezada por la vocalista estadounidense Shanna Waterstown, residente en París desde hace años, desde donde llegaba a España con su banda de blues soul. Ofreció un concierto caliente y del agrado del público de Valles, que habitualmente llena la sala.
Con dos discos en el mercado y una vida entera en los escenarios, Shanna sabe lucirse y llenar su show de momentos intensos.  Su voz fuerte, espesa y envolvente jugó a la seducción desde el principio con un repertorio de temas propios y ajenos que gustaron al público. Además de temas de sus dos discos, se incluyeron baladas, medios tiempos y algunas versiones muy personales de clásicos como mojo workin’,  I just wanna make love.. money that’s what I want, etc
En la banda, destacó la presencia del guitarrista Jay Gogan, a quien conocimos como miembro de la banda neoyorkina ‘The Healers’ y con quien compartimos tan buenos momentos allá cuando empezábamos con la asociación. Jay sigue en su línea blues-rockera como un auténtico todoterreno. Cumpliendo su papel de apoyo rítmico, supo acompañar con elegancia y realzar en todo momento a la cantante, y también llegar al público y calentarlo con sus solos llenos de intensidad y desparrame.
El bajista por su parte, muy efectivo, con una técnica funk tremenda, una digitación imparable y un ritmo que se le salía por los poros. Una pena su técnica de pegada a las cuerdas, excesivamente metálica, que quitaba calor y confort a su sonido.
Completaba la banda el baterista italiano con una pegada tal vez demasiado intensa para lo que se cocía en el escenario. En fin, no podemos decir que faltase pasión en la noche, aunque si algo de coordinación entre banda y solista, que por momentos parecía que iban por caminos diferentes. La voz y la interpretación de la vocalista quedaban a veces un poco desarropadas cuando la banda no conseguia sonar compacta, restando brillantez al conjunto. 
Pero bueno, hablamos de Valles y hablamos de blues, y eso es garantía de éxito. El público como siempre a la tercera canción ya estaba caliente y con ganas de darlo todo. Shanna, cada vez más cómoda, se movía ampliamente por el escenario, se acercaba al público, bromeaba, le hacía cantar coros, dar palmas...El repertorio iba ganando en ritmo y calor. Los solos de Jay todavía más agudos e intensos exaltaban al público, que aplaudía con ganas. Así hasta un final con bises y ovaciones para la banda, que se despidió agradecida. 

Conchi Gálvez
https://www.youtube.com/watch?v=jWxMANr-1Bo

martes, 17 de octubre de 2017

YVES LAMBERT TRIO 28 octubre 2017









SÁBADO 28 DE OCTUBRE
Pasó por Valles Yves Lambert como un auténtico torbellino del folk francocanadiense, un showman travieso y divertido, derrochador de carisma y saber en el escenario, además de verdadera leyenda viva para los aficionados a este género, como miembro fundador en los ’70 de la célebre banda canadiense ‘La Bottine Souriante’. Multi-instrumentista (acordeón, arpa de boca, armónica, silbatos…), recitador y cantante entusiasta, este viejo trovador sabe contagiar su pasión al público, rompiendo los estereotipos que pintan a la música folk como tristona y aburrida…
Venía desde Quebec acompañado de dos jóvenes músicos. Uno de ellos tocaba la guitarra, haciendo también de bajo en ciertos temas, y el otro tocaba el violín y la percusión con una tabla de madera bajo sus pies, que no dejó de mover en todo el concierto. También hacía coros a la vez. Un lío para el cerebro, me supongo.
El folk no es un repertorio habitual en nuestra programación, y sin embargo es un estilo demandado y muy querido entre algunos socios, así que de vez en cuando es bueno meter algo de aires nuevos y olvidar por una noche nuestra obsesión blues-rockera. Y fue así que en esta ocasión vimos por la sede a muchos folkies que aplaudieron -y vitorearon- al canadiense y sus acompañantes casi de principio a fin. 
El repertorio mezcló folklore canadiense con temas tradicionales celtas y europeos, y guiños a otras músicas (una especie de reggae homenaje a Marley). Muchos fueron temas  instrumentales -eran tres músicos pero infinitos instrumentos- y otros cantados a viva voz por un Lambert pletórico y vital, risueño y picardioso en sus discursos ( una pena no entender el francés, aunque su cara y expresiones eran elocuentes), que recitó también poesía en varias lenguas ( francés, euskera y español creo recordar). Algunas canciones enseguida te arrastraban a mover el cuerpo y dar las palmas con ese no se qué atávico de las canciones populares, mientras que otros resultaron más lacónicos y repetitivos. Confieso que el folk no es mi fuerte y que tardé un poco en meterme en situación -otros no lo consiguieron en todo el concierto-, pero al final estaba ya seducida por las bromas de Lambert y coreando a gritos con los demás un estribillo a sus órdenes. 
En fin, una propuesta diferente, que encantó a muchos y aburrió a otros, como siempre ocurre. Dejemos que la música fluya, sea para agitarnos o mecernos, pero siempre para hacernos sentir vivos. Nos vemos en Valles.
Conchi Gálvez


lunes, 2 de octubre de 2017

THE VOODOO FIX 07 OCTUBRE 2017

SÁBADO 7 DE OCTUBRE 23:15,
Emergente banda norteamericana de rock formada por cuatro jóvenes artistas residentes en Nashville, capital de la música y donde todo se cuece; allí se asentaron buscando inspiración para grabar su primer disco y proyección musical, aunque sus orígenes y sonido siguen siendo muy californiano. Presentando ya su segundo disco, están repitiendo gira en España tras su paso en 2016, un tour del que guardan muy buenos recuerdos. Seguro que en éste van a tener también buenas experiencias: su actitud es positiva, saben ganarse el apoyo del público con su cordialidad, su simpatía en el trato y su entrega total en el escenario. Gracias a ella fueron remontando la noche y lograron convencer al público de Valles que empezó el concierto con una cierta frialdad y apatía.
A pesar de no exhibir virtuosismos técnicos ni actitudes pretenciosas, los cuatro artistas conocen bien los secretos del directo y saben vender lo suyo. Nos ofrecieron un show muy colorido, mezclando en el escenario el rock más clásico con el blues y el funk; todo con una puesta en escena divertida y llena de pasión, buscando siempre la participación y el deleite del público. El repertorio resultó un tanto irregular, y hubo de todo, algunos temas hard rock, otros más funk bailables, improvisación, alguna baladilla, blues clásico, y recuerdo a Talking Heads y su Psycho Killer. La sala, con medio aforo tardó en entrar en situación, a pesar de que el vocalista Abe Rivers estuviera dándolo todo de principio a fin. Nos recordaba a un Lenny Kravitz jovenzuelo, en lo estético y en lo musical, con esa voz melosa y firme a la vez y ese empuje guitarrero que empastaba muy bien con la del solista S. Parelli. Sumando, un batería potente y un bajista reservado con el instrumento y osado en las voces, que se marcó luego un solo bastante pintoresco.
Ese disfrutar de los músicos, su energía y movimiento por fuerza fueron levantando a los de abajo, que acabamos, como suele pasar, enardecidos y pidiendo más a grito pelado. Un par de temas sí que hicieron, rock’n’roll del bueno, y se despidieron muy agradecidos. Acabamos todos contentos.  En resumen, el pan nuestro de cada día en la AmcBocanegra. Nos vemos en Valless.
Conchi Gálvez
https://www.youtube.com/watch?v=qPzE2Q5mjmM&feature=youtu.be

jueves, 7 de septiembre de 2017

ROBERT JON & THE WRECK Sabado 16 de Septiembre

Con Robert Jon and TheWreck disfrutamos de una más que interesante inicio de la temporada de conciertos otoño-invierno en Valles, después de la pausa veraniega que nos vino bien a todos.Esta banda californiana de rock sureño -calificada así más que nada por redondear, porque había mucho más detrás-,dejó bien claro porqué han recibido el galardón de mejor banda en directo en los Orange County (su casa) Music Awards, y por qué fueron nominados además a la mejor banda de Rock y mejor banda de Blues.
El directo del grupo es demoledoramente brutal, y no da momento para el respiro. Música compleja, composiciones muy trabajadas en las que se mezclaron el southern rock, el blues, los aires más calmados de la americana roots y el rock progresivo. Un coctel definitivamente bueno si encima está bien tocado, tiene contenido, los artistas se lo curran en el escenario y el sonido de la sala acompaña.
El formato elegido por la banda fue el clásico para el desparrame rockero: dos guitarras, bajo, batería y teclados, todos perfectamente engrasados. Robert Jon cantaba y se acompañaba con la guitarra, pero en este sentido el protagonismo se lo llevó el solistaKrisButcher, con un raro estilazo en la guitarra, a más de la intachable maestría, que nos flipó a muchos.
Los dos primeros temas de salida, instrumentales,me impactaron por su estilo progresivo y jazzero, que según avanzaba me recordaba más a la Mahavishnu Orquesta que a los AllmanBrothers, es que cuando una se encuentra un tipo con melenas y sombrero de cowboy ya se le va la olla y prejuzga-aunque hubo tiempo para todo y hubo mucho de eso también. Después de este inicio brutal pasamos a un impás más tranquilo en el que Jon cantó dos o tres temas más folkies. Así pudimos sacar el foco de la lucha cómplice de las guitarras y disfrutar del resto de la banda: el bajista, discreto como muchos pero eficaz como pocos, un batera muy cachondo que se marcó luego un solo digno de una estrella (largo y muy ovacionado, aunque yo los solos de batería nunca los he entendido, me desconciertan) y un teclista también de lujo, muy brillante en fondo y forma.
Cundió mucho el concierto, todo iba encadenándose sin presentaciones ni discursos entre temas, siempre hacia delante y hacia arriba, creciendo la densidad por momentos. Temas largos y enrevesados, aunque con mucha onda sureña que al final siempre te lleva a lugares comunes. El teclista se marcó un par de solos de trance total, mágicos. Ese rollo progresivo setentero y las particulares improvisaciones cautivaron a los abueletes que andábamos por allí. Para mí uno de los mejores conciertos vividos en Valles, pa que veáis, les doy un 11. En cambio, a otros allí presentes no gustó tanto, yo qué se. Así es la vida y así tiene que ser.
Nos vemos en Valles. Pero no vengáis todos a la vez…
Conchi Gálvez


jueves, 20 de julio de 2017

DEROBERT & HALF TRUTHS viernes 28 de Julio

Se nos ha ido el verano en un suspiro, y a la espera del primer concierto de la temporada, sirvan estas breves líneas para hacer algo de memoria del último acontecido antes de este descanso. Fue el 28 de julio, una noche preciosa que empezó cálida y terminó tórrida. Desde Nashville llegaban a Valles el señor DeRobert y su banda ‘TheHalfTruths’, en una corta gira española que a toro pasado parece que les ha dado grandes satisfacciones.
A pesar de ser de Nashville, la meca de la música country, esta banda hace Soul en letras bien gordas. Un soul orgánico, vivo, estimulante. Sin grandes novedades en cuanto a composición o arreglos, fue la sinceridad, la naturalidad y simpatía dela banda lo que nos conquistó. Y el sonido de la sede, una atmósfera cálida y zumbeante. Al frente, y dándolo todo de principio a fin, un DeRobert enorme. Una voz rica y vibrante, que nos emocionó, encendió y nos hizo bailar. Sin presentaciones, argumentos ni protocolos, los temas se iban encadenando a un ritmo frenético. Tan pronto se metía en ritmos souleros arrullados por los metales como improvisaba en quebradas escalas de jazz dejando claro su dominio de la técnica vocal, que ya desde niño estudia y práctica. Pero a más de la técnica, era su alma entera la que este hombre lanzaba en cada uno de los temas, en cada gota de sudor que proyectaba desde el escenario, y fueron muchas. Por detrás, la banda iba dando soporte y alas a esos delirios. El batería incansable, se curvabasobre a su caja como si fuese a abrazarla o a fusionarse con ella, casi no se le veía detrás de los platos, tan concentrado, no se por qué me recordaba a aquellos pequeños mamíferos arborícolas de los bosques cálidos que se agarran con fuerza a los troncos sobre los que viven. A su lado,un bajistaimpasible iba marcando el ritmo al lado de un guitarrista más cercano al funk que al soul, insistiendo en unos ritmos mueve pies deliciosos; en la sección de viento, dos saxofones y una trompeta, rellenaban y enfatizaban ciertos momentos en buena armonía, aunque también hubo momentos para los solos más alocados. 
Y en la sala, la gente encantada, todos bailando, medio axfisiados por la temperatura y el sudor que llenaba el aire de cálidos y húmedos vapores. En un momento dado, fue salir a la terraza a fumar y alucinar viendo como en lugar de la habitual cháchara irritante, la gente miraba expectante al escenario y bailaba como un solo ser, cada vez más animada. Todos ondulando la cintura y moviendo cabezas, hombros y caderas.Recordáis  aquella escena de la capilla en ‘Granujas a todo ritmo’ con el reverendo Brown? Pues parecido fue…casi esperabas vera alguien atravesar de repente la terraza con un triple mortal, lo cual no hubiese resultado para nada inapropiado.  En fin, ya ha pasado más de un mes, seguro que la cosa no fue del todo así, seguro que fue MEJOR.  El sábado volvemos a la carga…nos vemos en Valles
Conchi Gálvez
https://www.youtube.com/watch?v=6B3G7fNp0gI

domingo, 28 de mayo de 2017

MILES NIELSEN & The Rusted Hearts sábado 03/junio8/2017


Miles Nielsen o cuando un concierto te cambia el ánimo. 
Mucho se ha hablado del poder curativo, redentor y transmutacional de la música, algo que a veces  que espero el factor sorpresa, unido a cierta vagancia exploratoria. Además, había estado un poco incómoda en el último concierto y venía con necesidad de reencontarmecon mi espacio. 
La banda llegó un poco cansada de Barcelona, pero enseguida en la prueba demostraron buen rollo, profesionalidad y mostraron algún temilla del repertorio que encantó a los presentes. Tras la cena, enseguida subimos para Valles, donde en la sede iba acomodándose poco a poco la gente, más que suficiente para dar ambiente al concierto llenando la sala, pero de una manera muy cómoda. 
El grupo venía formado por dos guitarras ( la del cantante y otra de un solista), bajo y batería, y un teclista que además le daba también al clarinete, a los saxos soprano y barítono. Unido a ello, hay que destacar las armonías vocales que funcionaron muy bien en todo el concierto, además de la voz solista. Todos muy buenos en lo suyo, una banda perfectamente acoplada y muy cómoda en el escenario, llevan varios años juntos y eso se nota; tuvieron momentos para destacar individualmente -el teclista/saxo y el guitarrista especialmente-, muy finos y detallistas, que se marcaron solos muy delicados, pero del concierto me quedo con el concepto banda. Y el sonido de la sala, perfecto.
Parecían en el escenario un grupete de amigos que disfrutan tocando juntos. Sin estridencias, pero con un trabajo muy bien hecho, lograron poco a poco envolvernosen su música que tenía el poder subyugante de las bandas hippies californianas y el poprock británico de los ’60 Kinks y Beatles, aunque en algunos temas con un poco más de poderío guitarrero y aire folk.
El repertorio estuvo muy bien presentado, tienen varios discos ya por ahí, temas suaves pero siempre para arriba, venían llenos de coros, solos acertados y arreglos bien trabajados. Música positiva, ondulantey muy fresca. Nielsen, cantante y guitarra en la formación, resultó un frontman de lo más interesante, muy concentrado en la interpretación, comunicador riguroso y detallista en la presentación de los temas, pero mostrando un aura pícara y anárquica que emanaba de todos sus poros. Muy simpática la labor de traductor del bajista, que vivió un tiempo en México y nos iba repitiendo en español más o menos bien lo que el solista contaba. Al principio nos aclarábamos, al final del concierto y después de alguna ronda de chupitos, casi entendíamos mejor al que hablaba en inglés que al traductor. Aprovecho para mencionar su buena labor con el bajo, ahí detrás mano a mano con el batería, marcándose unas bases rítmicas impecables. El batera, un poco gamberrete, llevaba un aparatejo con el que entre tema y tema iba soltando samplers de canciones y sintonías conocidas -recuerdo ahora la del coche fantástico-.
Lo que venía a decir al principio de esta reseña es que la banda consiguió cambiarnos el ánimo y meternos un buen chute de buen rollo a los que tuvimos la suerte de disfrutarlos, y el sentimiento creo que fue general en toda la sede. Los aplausos y la entrega del público fueron subiendo por momentos, y al final aquello era ya una celebración continua de bailes, palmas y vítores a la banda. Ellos captaban las vibraciones y las devolvían con creces, así que al final acabamos todos encantados, arriba y abajo. Cerraron con alguna versión de Tom Petty y con un ‘Surrender’ más relajado que el de papá y fueron muy aplaudidos. Se fueron encantados de Valles y prometiendo volver; para nosotros fue también una banda de la que repetiríamos un segundo concierto en la sede. El tiempo lo dirá. Mientras tanto, ya sabéis donde nos veremos: allí arriba a mano izquierda. Un abrazu
Conchi gálvez

jueves, 18 de mayo de 2017

TRUDY LYNN 27/Mayo/2017

Terminamos esta miniserie de conciertos de blues con lacantante texana Trudy Lynn, artista de larga trayectoria  -toda una vida- en su país y que en los últimos años está afianzando su carrera como solista. En su primera gira española, se presentó en quinteto, rodeada de buenos profesionales que supieron adornar un show desde mi punto de vista un poco monótono por parte de Trudy.
La sala, a tope esperando ya desde bien temprano la llegada de los artistas, hervía de calor y ganas cuando salieron al escenario tres de los músicos -batería, bajo y guitarra- marcándose una potente intro de aires funkyblues, con guiños interesantes del guitarrista que también se acompañó cantando animadamente. El segundo tema arrancó en el fondo de la terraza, desde donde nos fueron llegando las notas frenéticas de una armónica; alguien se movía entre el público soplando más que bien al aparato. En unos momentos se subió al escenario el que para mí fue la revelación de la noche, el armonicista Steve Krase, una maravilla también como cantante, como intérprete y como artista. A pesar de que pensábamos que salía para hacer de maestro de ceremonias y presentar a Trudy, el hombre subió al escenario y se marcó un par de r&btrepidantes, ya fuese haciendo aullar a la armónica, ya cantando con una voz atractiva y llena de fuerza, dominando al escenario y a la banda, y viviendo el ritmo como solo algunos saben hacerlo. Contagió al público su dinamismo y energía, de manera que tras varias canciones trepidantes ya ni nos acordábamos de que faltaba por salir al escenario la estrella. Fue finalmente en el séptimo tema cuando la diva nos dignó con su presencia. Muy aplaudida su entrada, se mostró en plena forma en el escenario. En su primera gira en España, confesó al público que había venido ’a pasarlo bien’. Fue la suya una actuación corta, unos 30 minutos, en los que con aplomo y coquetería consiguió hacerse el centro del escenario. En Valles disfrutó e hizo disfrutar. Con una voz profunda y algo rota que manejaba con oficio, fue saliendo de ella un blues intenso, apasionado, sensitivo, que nos emocionóenseguida. Permanentemente mantuvo la conexión con el público, lanzando sonrisas y miradas de complicidad en cada frase, en cada estribillo. No obstante, a mí según se encadenaban los temas, fue pareciéndome un poco monótona. Quizá fuera el repertorio, el contraste con la energía de los temas de introducción que había tocado la banda, el calor que hacía…no sefaltó algo de magia y haber metido algún tema más soulero que nos hubiese espabilado un poco. 
La banda acompañante fue desigual, pasando bastante desapercibidos bajo y batería, que simplemente cumplieron su papel, frente a un guitarrista activo y con personalidad y el ya citado Krase, genio de la armónica, que nos dejó a todos maravillados. 
El show de Trudy fue cortito, se retiró al camerino y la banda siguió tocando, vueltos otra vez el ritmo y el frenesí a la sala con un último tema de despedida. Pero la cosa no acabó, el público reclamó insistentemente un bis, consiguió que Trudy volviese al escenario, entre ovaciones, para dejarnos otro tema y despedirsedefinitivamente con una retirada elegante. Al final, opiniones dispares entre el público, para algunos un conciertazo con una diva muy en forma; para otros, se hizo larga su intervención. Unánime la aclamación del armonicisita y jefe de la banda. Por lo menos, algo sacamos en claro. Nos vemos en Valles
Conchi Gálvez 

miércoles, 3 de mayo de 2017

CONCIERTO DE AYNSLEY LISTER 13/MAYO/2017

Tercer concierto del ciclo de blues en Valles, con la esperada presencia del británico Aynsley Lister (en adelante AL, dichoso nombre!) y su estupenda banda formada por tres todoterrenos de la escena en su país:  Steve Amadeo al bajo, Boneto Dryden en la batería y André Bassing en los teclados.
Lo primero que debo es pedir disculpas y confesar que escribo estas líneas casi quince días después del concierto, y puedo deciros que a priori NO ME ACUERDO DE NADA, solo tengo un nebuloso recuerdo de que el concierto estuvo bien, muy bien. Podría entrar en youtube y recrearme con una buena sesión de videos, pero en esta patata de ordenador que tengo resulta a día de hoy una verdadera odisea, así que paso, y os contaré solo lo que recuerdo.
La aparentemente joven promesa del blues británico es ya un puretilla de 40 años con un montón de grabaciones, giras y master-class a sus espaldas: sí, como muchos colegas también se gana la vida combinando la docencia con los conciertos y los discos. A pesar de que para muchos aficionados es ya una estrella consolidada del blues rock contemporáneo, AL resulta en el trato directo un hombre discreto y sencillo, muy profesional, que llegó con su banda a la prueba de sonido más que puntualmente, resolvió el tema sin contratiempos y quedó encantado con el sonido y las condiciones de la sala. Tras la cena, breve descanso de la banda, y al lío.
El concierto empezó más o menos a la hora convenida, con una sede a medio gas que fue llenándose poco a poco, al contrario que en otras ocasiones. Ya en los primeros temas, el artista  y su banda nos convencieron con su propuesta: un blues rock moderno, sofisticado y personal, propio de una generación que ha bebido de muchas fuentes y ha sabido mezclar la esencia del blues británico de los ’60 con la contundencia y espiritualidad del rock sinfónico y la frescura del poprock más ochentero. La impecable técnica y educada persuasión de la guitarra de Lister, combina a la perfección con su voz, íntima y cálida pero en la que subyace el sutil desgarro del blues. El mágico sonido de la sala dio más brillo aún al trabajo del guitarrista y su banda, tres musicazos bien curtidos en sesiones y grabaciones que supieron destacar sin eclipsar al solista. En el escenario, AL, poco hablador, se ensimisma y se concentra en el trabajo, la guitarra toma protagonismo ya sea en riffs despiadados o en refinadas melodías. La banda le sigue sin fallo alguno, compacta, envolvente, creando una atmósfera potente que electriza al público. Como suele ocurrir, la intensidad del momento sube, y todo va a más. Lister aprecia ese calor y se muestra más distendido con el público, sonríe, dice que es su primera gira en España y que está encantado. Los músicos también se muestran relajados y cómodos. Increíble la labor del bajista, un máquina que tira del concierto con un punch ágil y preciso, que refuerza muchísmo a la guitarra. También el batería hace lo suyo más que bien, la base rítmica es en todo momento impecable. Lister juega con su banda, reta en duelos y diálogos al bajista y al teclista, que se marca también sus momentazos.
En el repertorio, temas propios, básicamente de su último disco ‘Eyes wide open’, aunque también sonaron versiones de blues clásicos, el ‘Crosstown traffic’ de Hendrix y el ‘Purple rain’ que se ofreció como fin de concierto. Lógicamente seguidos de un bis más cañero, no podíamos dejarles terminar con una balada, por mucho respeto que tengamos al sr. Prince.
En fin, que la reseña acaba sin mucho más que contar. Como nota, apuntaros que para muchos de los allí presentes, según me dijeron, fue uno de los mejores conciertos disfrutados en Valles, y vamos ya para diez años de actividad…, la oferta ha sido más que variada… así que quedaos con ese dato….el de Aysley Lister en Valles fue un conciertazo!  

Conchi Gálvez.


martes, 11 de abril de 2017

JAMES ARMSTRONG Viernes 21/04/2017

























Siguiendo con la propuesta de blues de la asociación Bocanegra, que está consolidando la sede de Valles como una de las salas de referencia en Asturias para este género, en abril recibimos la visita del estadounidense James Amstrong.  Bluesman vocacional y joven promesa de la guitarra a la que una mala jugada casi retira de la circulación hace ya veinte años inutilizando su brazo izquierdo, supo salir adelante, supongo que con un esfuerzo y una tenacidad extraordinarias, y ha conseguido mantenerse en el circuito nacional e internacional, derrochando entrega y pasión allí por donde pasa, a pesar de que su brazo nunca volvió a ser el mismo.
Para esta gira española, el artista eligió formato cuarteto, presentándose acompañado de bajo, batería y teclados. Un espectáculo bluesero que giraba en torno al protagonismo de la voz -de un timbre y expresión muy hendriana- y la guitarra, perfectamente articuladas la una con la otra, dos formas de expresión del mismo corazón. Y alrededor, una banda sólida que arropaba y respondía al solista, con buen oficio y entendimiento. Con la satisfacción de los que han superado lo peor y pueden contarlo, el músico disfrutó en el escenario, lanzando oleadas de buen rollo a diestro y siniestro. Su entusiasmo cantando y tocando la guitarra, sus ganas contagiosas de pasarlo bien y su complicidad se extendieron rápidamente al público llegado a Valles básicamente para lo mismo, que se dejó conquistar.
El repertorio incluyó temas propios grabados a lo largo de toda su carrera, incluyendo el último ‘Guitar Angels’, que presentó y vendió luego a tutiplén entre un público agradecido. Entre ellos, versiones de los grandes del blues -BBKing, Muddy Waters, A.Collins o Lee Hooker- a los que Amstrong daba siempre su tono personal, especialmente conmovedor y vibrante en sus solos, con esa forma especial de tocar. En la banda siempre a su servicio, destacó la elegancia del bajista, con una agraciada y profunda voz de bajo que destacó en algunos coros y un teclista ágil y caudaloso que derrochó energía en sofisticados acompañamientos y vertiginosos solos.
A diferencia de otros artistas, a Amstrong le gusta hablar sobre el escenario y allí fue presentándonos los temas con largas parrafadas. Con vehemencia y en inglés, dando por supuesto que allí éramos todos bilingües.  Por lo que fuimos entendiendo o parecido, nos habló de la ciudad de su niñez y el surf, de sus compañeros, de su país y de los temas que iba a tocar. Todo con mucho detalle y explicaciones. Nosotros decíamos que amén a todo y aplaudíamos, lo que se dice ‘siguiendo el rollo’. A mitad del concierto el tío anunció además que cumplía años ese día, y que no podría haberse imaginado un sitio mejor para celebrarlo. Palmas y vítores. Animadamente, incluyendo un largo paseo y solo guitarrero de Amstrong entre el público, fue pasando el concierto entre clásicos, alguna baladina más soulera y algún rythm’blues que completaron un listado legítimo del mejor blues de los últimos cuarenta años.
James Amstrong y su banda se despidieron agradeciendo al público una noche fantástica, y el público reclamó un bis que fue muy celebrado. Si el blues es sobre todo sentimiento, este hombre es puro blues. Junto a sus músicos, llenó Valles de feeling y demostró que el corazón supera a la técnica cuando se trata de conectar y seducir.

Conchi Gálvez

https://www.youtube.com/watch?v=SQ2tV1O7804

jueves, 16 de marzo de 2017

NICK MOSS BAND 25/Marzo/2017

SÁBADO 25 DE MARZO 
Con demasiada frecuencia y sentimientos enfrentados estamos asistiendo en los últimos tiempos a homenajes dedicados a amigos que se van demasiado pronto. No se si será la edad, los malos tiempos o la mala suerte, pero la vida avanza, y parece que nos toca ya estar en la fila de las monedas que van cayendo una detrás de otra en cascada, como en aquellas máquinas en las que echábamos de críos los cinco duros. El sábado en Valles, noche de concierto, asistimos al homenaje dedicado a Rafa, ‘el del Paso’. Se presentó en la sede la recientemente creada asociación músico cultural ‘Rafa El Paso’. Una idea ya hecha realidad, surgida del cariño y la gratitud de muchos de los amigos y clientes de este hostelero romántico, que supo hacer de su remota y vieja parada de postas un lugar muy especial al que como peregrinos llegaban los amantes de la buena música, la tolerancia y las noches interminables. Las palabras que el presidente de la asociación le dedicó a Rafa y a su local estaban llenas de cariño y ya de añoranza, reforzadas por fotografías que en la pantalla iban relatando algunos de los buenos momentos vividos en el Paso: conciertos, amigos, risas… El homenaje terminó con la intervención de ‘La banda del Paso’ un grupo de amigos que, con ganas y actitud homenajean a Rafa con buena música, clásicos del rock y el rythm’blues de los que disfrutaron tanto como el público. Un bonito recuerdo el que nos dejaron a todos.
Puntualmente, subían después al escenario el guitarrista Nick Moss y su banda, abriendo una serie de conciertos que en próximas fechas tendrán al blues en Valles como protagonista. El líder no tuvo su mejor noche. Después de una larga gira por Noruega y España, llegó a Asturias indispuesto. No subió a la prueba de sonido, ni cenó, y durante la actuación mostró en repetidas ocasiones signos de cansancio, incomodidad y fastidio. No le gustaba el sonido del escenario (fuera sonaba perfecto), dejaba de tocar a ratos y hacía aspavientos como si aquello fuera insoportable, protestó porque la gente glayaba sin parar en la terraza ( ay benditu! bienvenido al club de los sufridores de esta lacra..) y mandó callar enérgicamente. Apenas presentó los temas ni interaccionó con el público, solo para pedir al final que le comprásemos el disco, y estuvo todo el concierto podría decirse que ‘de prestado’. En fin Nick, una mala noche la tenemos todos, y en Valles nos tocó la tuya. Yo por mi parte, que le doy la razón en lo del continuo rugir de la terraza, cambié de sitio y entré al interior de la sede, donde pude concentrarme haciendo de tripas corazón y disfrutar así del buen concierto que la banda nos ofreció, y que a mi entender sonaba de vicio, limpio, claro y profundo. Moss, guitarrista laureado que se formó como músico en Chicago y se curtió en clubs y bandas donde el blues es el que manda, domina su técnica, su ritmo y su lenguaje. En la guitarra demostró sensibilidad y buenas ideas, además de una limpia y perfecta digitación. Se acompañó en algunos temas con la voz, a la que saca partido sin tenerla demasiado notoria aunque desde mi punto de vista le faltó más pasión, entusiasmo, ese frenesí oscuro del blues. Algunos temas al principio se hicieron un poco interminables y aplanados, con el protagonismo indiscutible de la guitarra en largos solos, pero luego el repertorio fue metiendo ritmo y se apreció el buen trabajo del resto de la banda. Sonaron buggies más movidos en los que el arrebatado teclista nos conmovió a todos. La gente aplaudía a rabiar. Los últimos temas tuvieron ya un punto progresivo, espeso y machacón que a mí me encanta, destacando la brillantez de batería y bajo, que salieron adelante como fieras dando un ritmo endiablado a esta última parte del concierto. Al final, la gente terminó encantada y pidiendo más, como siempre.
Nos vemos en Valles.
Conchi Gálvez



viernes, 3 de marzo de 2017

JOSH HOYER & SOUL COLOSSAL 11/Marzo/2017

Josh Hoyer y su banda Soul Colossal llegaron a Valles para dejar huella. Reventaron la sala en este concierto a ritmo de un soul funk de lo más bailongo, contagiando sus ganas y su fuerza en el escenario a un público entregado y feliz.
En su primera gira fuera de Estados Unidos, Josh y los cuatro colosales aterrizaron en España con ganas de pasarlo bien. A Valles llegaban el sábado desde Coruña, donde habían tocado en la ‘Mardi Gras’ y estaban encantados con el buen rollo de los gallegos, de la sala, del pulpo y de la cerveza Estrella. En Valles la actitud por su parte fue de simpatía y proximidad desde el primer momento. A pesar de llegar cansados y con la resaca de una noche memorable encima mostraron cordialidad en la prueba de sonido, e interés por todo lo que tenían alrededor: los que allí estábamos recibiéndoles, las montañas, el mar, el pueblo, la comida…todo les parecía perfecto y maravilloso, y por el brillo en su mirada parecían sinceros.
La prueba de sonido fue ya tremenda y confirmó las expectativas que habíamos ido incubando al escuchar algunos temas de sus tres discos. Pero lo de la noche fue un punto y aparte, se creó esa magia y esa conexión entre artista y público que solo da el directo. El primer tema de inmediato nos sacó de nuestro sopor digestivo, sonando como un cañón. Ahí pudimos apreciar ya la personal voz de Hoyer, rota y cálida a la vez, muy blanca pero profunda y expresiva. Y su gran presencia en el escenario. Es un hombre grande, pero ahí arriba todavía se agigantaba más, llenando el escenario y presidiéndolo todo desde el parapeto de sus teclados hirvientes, que aporreaba con alegría, sudando a gota gorda. Cantaba y tocaba, se reía, gesticulaba mucho, buscando la complicidad del público que se dejó seducir con facilidad. Se veía que el hombre amaba de verdad su música y el momento de compartirla con los demás.
En casi dos horas de concierto, todo en lo musical fue para arriba, también el calor y la emoción de la sala. Los temas iban encadenando ritmos soul, funk, rythm’blues de tono muy contemporáneo, todo a bocajarro, tocados con ganas y mucha energía, bien arreglados y con momentos para el disfrute de la banda y para el protagonismo de cada uno de los intérpretes, que se marcaron solos espléndidos. Cuatro musicazos bien empastados con el front man: por la parte rítmica, un bajista serio pero muy presente y oportuno durante todo el concierto, unido a un joven baterista, recién incorporado a la banda, que con un ritmo endiablado y una permanente sonrisa nos sorprendió por su original pegada y su singular ritmo. Un saxofonista, que a falta del trombón que suele completar la banda, se curró maravillosamente en solitario la sección ‘metales’, con sus efectos y aires jazzísticos. Y el guitarrista Benjamin, todo un personaje, que recibió una ovación especial por su gran técnica, su finura y estilo y su entrega y simpatía en el escenario. Qué gran tipo! Saltaba en el escenario, hacia coros y se multiplicaba con la guitarra, se reía con la gente…disfrutó muchísimo del concierto, tanto como nosotros. Es de suponer que con semejante subidón no queríamos dejarlos marchar. La hora del bis se pidió a gritos entonando el público el Oe, oe, oe futbolero (…ejem...), que los músicos acompañaron improvisando. Con público y músicos ya enloquecidos, todavía sonaron dos o tres temazos más incluyendo el ‘Rock n Roll’ de Zeppelin. Tardaron un rato aún en despedirse, la gente quería más y ellos tenían ganas de darlo. Terminaron muy arriba, encantadísimos y nosotros más. Luego llegarían fotos, autógrafos, venta de discos (los agotaron, sin haber llegado siquiera a la mitad de la gira) y abrazos a diestro y siniestro.
Un verdadero lujazo y un fiestón el disfrutado en Valles con Josh Hoyer y Soul Colossal, nos sentimos grandes en nuestra pequeña madriguera y muy afortunados. Se fueron jurando que volverían, será verdad? …Lo veremos, como siempre en Valles.

Conchi Gálvez

martes, 7 de febrero de 2017

DIXEBRA 30 aniversario 18/02/2017

PRIMER CONCIERTO GIRA 30 ANIVERSARIO
Tras el éxito del concierto de Shirley Davis, en Valles seguimos en febrero de celebración, no ya por los nueve años de vida de la asociación, sino por compartir y disfrutar con Dixebra del inicio de la gira de su 30 cumpleaños. Todo un mérito y un arte suponen para la banda de Xune Elipe estos años sobreviviendo en la carretera y en los escenarios de Asturias y más allá sin haber perdido un ápice de la autenticidad con la que empezaron en aquellos lejanos ya años ‘80.
Sobre las 23.30 y con gran expectación arrancó un concierto de casi dos horas en los que la banda abarcó todo un recorrido por su amplio repertorio, incluyendo temas que no tocaban desde hace años. Dixebra tiene una fuerza contagiosa en el escenario. Unida al carisma de Xune, la banda disfruta y se crece en los directos, alentando a un público que es como ellos, consiguiéndose un ritmo y una cadencia únicos arriba y abajo, similares a un acto de amor. La sede estaba llena de fans incondicionales en las primeras filas, dándolo todo, y por detrás estábamos los de siempre repartidos por donde cabíamos, agradeciendo la amplitud de la nueva terraza para escuchar y ver el concierto con desahogo. En relación a esta terraza, que fue desde donde estuve yo todo el concierto, me pareció que el sonido hubiera prestado un poco más potente, pues le faltaba la pegada que estos temas cañeros necesitan.
A ritmo de rock, ska y folk acelerado, con Dixebra el movimiento está asegurado. La banda suena potente. Músicos curtidos se juntan en la banda, muchos de los cuales ya pasaron por nuestra sede con otros grupos, como Cambarelli a la batería, Rubén Fernandez a la guitarra, Eladio Díaz al saxofón, javi Rodriguez al bajo ó Agustín Lara a la trompeta. Xune va marcando el ritmo del escenario con una voz que recita y agita, más que canta, arropado siempre en una atmósfera potente por la base rítmica y buenos arreglos de metales, a los que se unen con rebeldía dos guitarras insidiosas, las de Primi y Rubén Alvarez, y la gaita midi de Llorian, que yo agradecí. Fieles a si mismos y a su mensaje, el ‘rock combativo’ y en asturiano de Dixebra tiene mucho que decir: temas que hablan de la búsqueda de identidad como nación, de los abusos de unos tiburones liberales que nos desangran en ‘Indios’, de una Asturias ocupada y desnaturalizada en ‘Asturalia’, del asturiano y su normalización de ‘Tía Nemesia’, himnos que animan a la revolución como ‘Escandalera’ o de lucha de la clase obrera como ‘Nun llores’ que consiguieron hacer vibrar  a los presentes. Un repertorio que fue cayendo como en torrentera, sin descanso. A la que nos dimos cuenta ya se estaban despidiendo, pero en la fase I. Bajaron y volvieron a subir tocando todavía varios temas, incluyendo ‘Canciu d’amor’ que debió ser la única lenta de la noche. Nueva despedida y subida al escenario por aclamación popular, y participación de amigos que acompañaron a Xune en algunos temas míticos, como Miguel Fernandi de ‘Skama la rede’ y Maxi de ‘Fe de ratas’. La gente encantada y ellos también. Una noche guapa que esperamos repertir para el cuarenta aniversario de la banda. Nos vemos en Valles!

Conchi Gálvez

jueves, 19 de enero de 2017

SHIRLEY DAVIS & The Silverbacks 28/Enero/2017

Concierto 9º Aniversario
Pocos son los momentos en la vida en que nos paramos a pensar lo rápido que va todo, y cómo las cosas pueden cambiar -pasa a veces, sí, amiguitos- para bien. Así a lo tonto y como quien no quiere la cosa celebramos el 28 de enero el noveno aniversario de la asociación Bocanegra con un conciertazo que difícilmente hubiésemos podido imaginar en los inicios de esta aventura, el cartel de ‘Completo’ en la puerta, y muchos amigos celebrado con nosotros los buenos momentos disfrutados en este mundo aparte de Valles.
Se abrió la noche con la intervención de la presidenta de la asociación, Ana Canteli, que ante una sala llena de socios y de caras nuevas se mostró orgullosa de estos nueve años de vida de la asociación en la que han pasado y hemos vivido tantas cosas. Confirmó que hay ganas de seguir trabajando y de hacer las cosas bien, agradeció a los dueños de la sede la cesión gratuita del local, a los vecinos de Valles su paciencia y respeto con las actividades celebradas, y prometió un décimo aniversario espectacular. Gran aplauso y ganas de concierto al acabar Ana su intervención.
Enseguida subieron al escenario la banda de la noche, los Silverbacks, que se marcaron la introducción con un par de temas instrumentales sugerentes, muy smooth soul, antes de la aparición de la solista Shirley Davis. La banda madrileña acompaña a la cantante  en esta gira de presentación del disco ‘Black Rose’ grabado el año pasado para el sello Tucxone Records, una joyita de producción e interpretación que merece tener en casa.
Los primeros temas interpretados ‘What can I do’, ‘Two worlds’ o ‘Burial of a dead Star’ demostraron ya el poderío vocal y la fuerza de Davis, en su salsa en el escenario, que animó a un par de espontáneos a subirse y bailar con ella. Irresistible la voz y la personalidad interpretativa de la solista, arropada siempre por unos colchones de vientos y de teclado muy sofisticados.
El sonido de la sala resultó realmente increíble, como un disco sonando en un equipo hi-fi de los buenos, y no está demás felicitar al técnico Jorge Alvarez-Nava, que se lo curra siempre a base de bien, porque el tío se superó esta vez. La voz de la cantante, cálida y aterciopelada, llena de color, sonaba clara y con fuerza por encima de una banda muy equilibrada, impecable en la ejecución y de gran profesionalidad a la que solo hubiésemos podido pedir solo un poco más de frescura e improvisación. La base rítmica marcada Jorge ‘Canario’ –que ya había estado tocando en Valles seis años atrás con los amigos de ‘Tea Band’- y un inmenso Diego ‘Comandante’ Miranda al bajo, que estuvo todo el concierto con una presencia increíble, daban un tono al concierto en el que era imposible estarse quieto.
El calor iba subiendo, iban sonando baladas y medios tiempos suavinos, como el guapísimo ‘Make my day’ muy en la onda de Van Morrison, impecablemente interpretados, empujados por la gran expresividad vocal de la solista, y la finura de la guitarra y los teclados. El público ya estaba caliente y con ganas de darlo todo. El repertorio iba ganando en ritmo y calor. Sonó ‘Two worlds’  con un tumbao de bajo irresistible y una presencia de metales  de esos  pelosdepunta. ‘My universe’ con un teclado hipnótico y una elegancia que recuerda aquellas pelis de James Bond. El aposteosis llegó con el tremendo funky ‘Vanity’ , con un  bajo pa caer de culo, y unos teclados y vientos enloquecidos,  en el que Shirley pidió la intervención del público en los coros. Bailábamos todos, hacíamos coros y lo que fuese, estábamos en las nubes.
Estaba la sala entera muy arriba cuando Shirely se despidió del público, y con ganas se pidió a grito pelao un bis, que disfrutamos sabiendo que aquello se acababa. En fin, es un hasta luego, no un adiós. Como siempre, nos vemos en Valles.

Conchi Gálvez
https://www.youtube.com/watch?v=BxF3teXZq_0

sábado, 7 de enero de 2017

ULYSSES 14 de Enero 2017

Desde Bath, una ciudad cercana a Bristol, y en plena gira española, los británicos Ulysses presentaron en Valles su tercer disco ‘Law & Order’ en un concierto irregular que terminó convenciendo a un público no muy entusiasmado a priori. Liderados por el cantante y guitarristra Luke Smyth, la  banda cataloga alegremente su música como future classic rock, y la adornan con adjetivos como glam y psicodélica, matices que tímidamente se apreciaron en el directo de Valles.
El concierto empezó puntual y con la sala bastante animada, a pesar de las gélidas temperaturas y de la más punzante cuesta de enero, que presagiaban una noche desierta. No fue así, los conciertos de Valles tienen tirón y la oferta por estos barrios es bastante escasa, así que el ambientillo en la sede resultaba hasta cálido.
Los británicos llegaron en una formación de dos guitarras, bajo y batería, acompañados de buenos juegos vocales y una propuesta de rock muy personal. No es fácil presentar un repertorio tan desconocido y arriesgado ante un público completamente nuevo, hechos que dan un punto a favor a los músicos que como Ulysses defienden lo suyo con valentía.
Así con todo, empezaron el concierto bastante fríos, con unos temas que no consiguieron conectar con el público. Tampoco la barrera idiomática facilitó mucho las cosas, y desde el escenario no se mostraron demasiado comunicativos, aunque más de una vez intentaron sin éxito explicarse algo en español, y no entendimos nada. El  espeso repertorio elegido -imaginaos algo compuesto por  los Who después de acabar la noche en un after de Detroit-  iba poco a poco encadenando temas más decididos y contundentes, crecidos sobre de las raíces más clásicas del beat rock y la psicodelia, pero con aires post-punk descarados y vigorosos, gamberros en algunos momentos. Buen ritmo y presencia constante del batería Shane Maxymus, que subió a la banda en algunos momentos en que voces y guitarras parecían colarse por algún sumidero de monotonía oscura y rara. A medida que avanzaba la noche, músicos y público íbamos calentándonos mutuamente, y empezamos a disfrutar de las voces, buenos riffs y melodías guitarreras muy apetecibles. El sonido de la sala, perfecto, contribuía a dar brillo y presencia al directo y ya nos dejamos envolver por completo en aquel abrazo ondulante y progresivo que fue conquistando al personal. Terminaron muy arriba, dando buena cera, y se retiraron unos segundos, volviendo al escenario con un bis monotema y muy rápido que quedó un poco descafeinado, nadie es perfecto. Nos vemos en Valles

Conchi Gálvez

HEMEROTECA DE LOS CONCIERTOS Y ACTIVIDADES

DONDE ESTAMOS