sábado, 16 de mayo de 2015

TIGER BELL sabado 30/mayo/2015

La banda Tiger Bell -llegada de la remota y sugerente Estocolmo- convenció en su paso por Valles en el último de los conciertos del  mes de mayo dando buen ejemplo de un divertido power punk al más puro estilo ‘high school’ norteamericano. La noche estaba estupenda, por cálida y despejada, invitando a todo, y el ambiente animado ya desde primeras horas de la noche. Público muy novel y expectante ante una banda de estética y sonido fresco y juvenil que no defraudó a sus fans. La diversión debajo y encima del escenario del escenario se coció ya desde el primer tema, con unas suecas sorprendidas del mogollón y la entrega de la  gente después de una noche de concierto en Bilbao que no respondió a sus expectativas.
Cuatro jóvenes mujeres forman la banda, nacida en 2010 pero ya con cuatro giras europeas a su espalda, mucho directo encima y un disco grabado que las ha hecho candidatas de premios y festivales varios.
Las chicas se defendieron más que bien en el escenario. Punk apopado sin más pretensión que la energía y el descaro, llena de canciones trepidantes de sencillas melodías y arreglos mínimos, guitarras serrucheras, distorsión comedida, estribillos y coros pegadizos. Presentaron su disco  ‘Dont Wanna Hear About Your Band’, doce temas repletos de guiños al punk más genuino, fresco y sin complejos, que invitaba a seguirlas canción tras canción. Voces femeninas agudas pero expresivas, tanto en los acompañamientos como en la voz solista de Lovisa, insolente y repleta de ardor adolescente.  En la parte rítmica, una batería sencilla y acelerada que acompañaba a la bajista de líneas puras pero contundentes y efectivas que destacó por su simpatía, con guiños constantes al público, saltos y bailes que animaron al personal.     
Bis con versión de ‘Ca plane pour moi’, y gran vuelta al ruedo de la bajista sobre los brazos del público a los que se arrojó sin miramiento ninguno. Terminaron haciendo amigos, fotos y sonrisas con todo el mundo y dejando buen regusto a la parroquia bocanegra allí presente.

Conchi Gálvez y la colaboración de Flekos Bad Cream.
http://www.tigerbell.com/
https://www.youtube.com/watch?v=6SgmFm5bTa4

sábado, 2 de mayo de 2015

THE SONIC BEAT EXPLOSION Y CRUDO 09/05/15

Auténtica y apabullante. Así se podría resumir la actuación de ‘Crudo’, primera de las bandas que disfrutamos el pasado sábado en la sede de Valles. El grupo abrió para los alemanes ‘Sonic Beat Explosion’ con una puntualidad casi desconcertante -se anunciaba una noche subidita de decibelios y no queríamos crear mal rollo entre el vecindario del pueblo que siempre ha soportado tan ejemplarmente conciertos y demás mogollones- a las 22:30, en una sede a medio gas todavía, y se dejaron la piel sobre el escenario durante 60 gloriosos minutos. Contundentes desde el primer tema, los de Avilés descargaron toda su artillería- pesada como corresponde a unos metaleros de pro- de hard rock con aires heavys, uniendo a una gordísima base rítmica de bajo y batería las filigranas de dos guitarras obstinadas y una voz genuinamente descarada.
Herederos del rock urbano más auténtico que tanto escuchamos en los ’80 y de las grandes bandas internacionales del metal, ‘Crudo’ se aleja del repertorio de versiones que tan habitualmente vemos por los bares para defender con orgullo temas propios de sus tres grabaciones, la última de ellas llamada ‘Héroes, Esclavos y Traidores’ y publicada el pasado 2014. Temas rotundos, tajantes, llenos de fuerza y energía, que en el escenario de Valles sonaron a todo volumen, esplendorosos. Letras que hablan del hartazgo, el desencanto y las mentiras de una sociedad enferma, pero que muestran  también un espíritu épico y romántico muy metalero -qué buena gente suelen ser- homenajeando a los héroes cotidianos ó poniendo música al ‘No te rindas’ de Benedetti.
Por su parte, los alemanes ‘Sonic Beat Explosion’ siguieron dando cerita de la buena en una noche en la que salimos de Valles con los pelos y los tímpanos de punta. Con un estilo más garajero, sonaban también con energía y un estilo muy personal y sofisticado sobre el sólido armazón del hard rock de influencias escandinavas. Nos recordaban a bandas míticas de los ’90 como ‘Hellacopters’, ‘Back Yard Babies’, ‘Glucifer’ ó incluso los precursores ‘Nomads’. Sin excesivo protagonismo de ninguno de los cuatro miembros -dos guitarras, bajo, batería y voz- destacaron algunos momentos especialmente intensos del guitarra solista,  que nos lanzó solos delirantemente distorsionados.  Una actuación correcta pero un poco fría, con una puesta en escena un pelín estática - quizás motivada por la barrera idiomática- y discretos intentos de interacción con el público, que aún así respondió llenando la sala y siguiendo todo el concierto, de una horita escasa, con interés creciente -siempre solemos irnos arriba al final-.Se pidió un bis, donde pudimos disfrutar de una estupenda versión de la mítica ’Search and destroy’ de ‘Iggy and the Stooges’ con el que se despidieron.

Conchi Gálvez


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