Auténtica y
apabullante. Así se podría resumir la actuación de ‘Crudo’, primera de las
bandas que disfrutamos el pasado sábado en la sede de Valles. El grupo abrió
para los alemanes ‘Sonic Beat Explosion’ con una puntualidad casi
desconcertante -se anunciaba una noche subidita de decibelios y no queríamos
crear mal rollo entre el vecindario del pueblo que siempre ha soportado tan
ejemplarmente conciertos y demás mogollones- a las 22:30, en una sede a medio
gas todavía, y se dejaron la piel sobre el escenario durante 60 gloriosos
minutos. Contundentes desde el primer tema, los de Avilés descargaron toda su
artillería- pesada como corresponde a unos metaleros de pro- de hard rock con
aires heavys, uniendo a una gordísima base rítmica de bajo y batería las
filigranas de dos guitarras obstinadas y una voz genuinamente descarada.
Herederos del rock urbano más auténtico
que tanto escuchamos en los ’80 y de las grandes bandas internacionales del
metal, ‘Crudo’ se aleja del repertorio de versiones que tan habitualmente vemos
por los bares para defender con orgullo temas propios de sus tres grabaciones,
la última de ellas llamada ‘Héroes, Esclavos y Traidores’ y publicada el pasado
2014. Temas rotundos, tajantes, llenos de fuerza y energía, que en el escenario
de Valles sonaron a todo volumen, esplendorosos. Letras que hablan del
hartazgo, el desencanto y las mentiras de una sociedad enferma, pero que
muestran también un espíritu épico y
romántico muy metalero -qué buena gente suelen ser- homenajeando a los héroes
cotidianos ó poniendo música al ‘No te rindas’ de Benedetti.
Por su parte, los alemanes ‘Sonic
Beat Explosion’ siguieron dando cerita de la buena en una noche en la que
salimos de Valles con los pelos y los tímpanos de punta. Con un estilo más
garajero, sonaban también con energía y un estilo muy personal y sofisticado
sobre el sólido armazón del hard rock de influencias escandinavas. Nos
recordaban a bandas míticas de los ’90 como ‘Hellacopters’, ‘Back Yard Babies’,
‘Glucifer’ ó incluso los precursores ‘Nomads’. Sin excesivo protagonismo de
ninguno de los cuatro miembros -dos guitarras, bajo, batería y voz- destacaron
algunos momentos especialmente intensos del guitarra solista, que nos lanzó solos delirantemente
distorsionados. Una actuación correcta
pero un poco fría, con una puesta en escena un pelín estática - quizás motivada
por la barrera idiomática- y discretos intentos de interacción con el público,
que aún así respondió llenando la sala y siguiendo todo el concierto, de una
horita escasa, con interés creciente -siempre solemos irnos arriba al final-.Se
pidió un bis, donde pudimos disfrutar de una estupenda versión de la mítica ’Search
and destroy’ de ‘Iggy and the Stooges’ con el que se despidieron.
Conchi Gálvez
1 comentarios:
Por favor para cuando un concierto de Locomia
Publicar un comentario