domingo, 7 de septiembre de 2014

MARCUS BONFANTI 3/OCTUBRE/2014

Léelo n'asturianu
Hay conciertos en los que el carisma y la energía de alguno de sus intérpretes destaca intensamente sobre el resto de la banda, como si se tratara del estallido de una supernova que  deslumbra de tal manera que el resto del universo parece perder los colores y  difuminarse a su alrededor. Algo así nos pasó el pasado 3 de octubre con la actuación del británico Marcus Bonfanti, una verdadera bomba de las seis cuerdas cuyas ondas rockbluseras atravesaron nuestro corazoncito y demás vísceras  con una fuerza tal como si de simple humo estuviéramos hechos.
Bonfanti es un guitarrista británico que bebe de las fuentes del blues rock más clásico, acompañándose de una voz profunda, a veces desgarrada y áspera, a veces seductoramente modulada. A pesar de su juventud cuenta ya con dilatada experiencia en los escenarios,  alternando su participación en bandas consolidadas con sus trabajos en solitario. Sus influencias pasan de los clásicos del blues  como Muddy Waters o Howlin’ Wolf hasta grandes bandas como Led Zeppelin o los Stones. En esta pequeña gira española eligió el formato trío  -acompañándose del batería Craig Connet y el bajista Matthew Waer-  para presentar los temas de su último y muy recomendable disco, ‘Shake the Walls’. Las referencias sobre el músico y lo visto en internet eran inmejorables. Como siempre, la magia del directo, y el estupendo sonido que habitualmente disfrutamos en la sede de Valles confirmaron las expectativas. Bonfanti es un músico de directo, a pesar de que la producción del disco es magnífica y se echaron de menos, por ejemplo, las armónicas en el escenario de Valles. Su entrega sobre el escenario es absoluta, su energía desbordante y su originalidad en la composición y la interpretación admirable. Sus referencias clásicas son incuestionables, el rock y el blues  son lo de siempre, pero todo suena a nuevo y a diferente. Puro talento.
El concierto fue de menos a más, rítmica y emotivamente hablando.  Empezó con el recio ‘Alley cat’ en el que ya mostró una energía y un dominio de la guitarra y de su garganta impresionantes. Su personalísima forma de atacar el instrumento, tanto en los riffs como en sus punteos -fuertes, poderosos y muy sofisticados-, se mantuvo durante toda la sesión, cuando mostrando un  sonidazo de lo más rockero con su bonita Gibson SG, cuando acompañándose en la acústica con un slide que enfatizaba su lado más bluesero.
Los temas se iban incardinando uno tras otro con una coherencia y un buen gusto admirables. Entre los más lentos, destacamos ‘Honey’ maravilloso tema, en el que destacan la limpieza de voz y guitarra, un tema puro que nos hace descender a las raíces más dolientes del blues; ‘Jezebel’, con un frenético y afilado solo;  ‘Devil girl’  una balada profunda con una onda country blues que parece salir del mismísimo fondo del pantano; el cañonazo hard rock ‘Stone me Sober’, que podría convertirse en todo un clásico, y en el que el músico desplegó su gran poderío vocal, o el polvoriento ‘Cheap whisky’. Un repertorio lleno de temazos,  más de hora y media sin tiempo para el respiro, al que se sumarían otros tres en el bis que el público satisfecho pidió con insistencia. Es que todo nos parece poco una vez calientes.
Frente al protagonismo del guitarrista y cantante, una limitada base rítmica, más por el discreto bajista que no llegó a sincronizar con un baterista lleno de posibilidades pero desaprovechado. No obstante, y en conjunto, un conciertón de notable altísimo, o sea, digno sobresaliente, calificación a la que ya nos estamos acostumbrando en la asociación Bocanegra, y que intentaremos mantener mientras se pueda. Ojo con la programación que viene, amigos, pues no tiene desperdicio.

Conchi Gálvez
Léelo n'asturianu
Traducido por Miguel Isla

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