Homenaje en toda regla al gran
Jimi Hendrix de la mano del potente trío ‘Manic Depression’. La banda de Avilés,
integrada por tres grandes admiradores del guitarrista magnético, estrenaba en
Valles este sentido tributo en el que la magia del de Seattle inundó las cuatro
esquinas de la sede y parte del extranjero.
Acudimos al concierto con una
expectación fuera de lo normal por la especial querencia que setimos hacia el
universo sonoro del que es para muchos el mejor guitarrista de la historia del
rock’n’roll. Mucho se ha escrito acerca de la genialidad de Hendrix, de su
originalidad, ingenio creativo, de su revolucionaria técnica, de sus directos
incendiarios. Para mí su música es,
sobre todo, Libertad. Una música orgánica, sexual, absolutamente viva.
Los antecedentes de los tres
intérpretes de la noche eran buenos. A Sergio ‘Tutú’ Fernández ya le habíamos
visto tocar con ‘Alto Volto’ en Gijón y nos había convencido su elegante estilo
en las cuatro cuerdas y su manifiesta conexión con Miguel Herrero a la batería.
De éste poco queda por decir ya a estas alturas. Pasando por alto su nivelazo
como productor, compositor o arreglista, destaca también como multi-instrumentista.
Lo mismo te lo encuentras tocando la batería, que al bajo, la guitarra o el
fliscorno, todo con una facilidad, un gusto y una versatilidad pasmosas.
En fin, todo un talentazo musical el de este hombre, de lo mejorcito que
tenemos en Asturias. El tercero de los componentes, Rubén Álvarez, era el más
desconocido a priori. La curiosidad por saber quién ‘osaba’ llevar al escenario
temas de este semidios del rock me mataba. Enseguida al verle la cara recordé
que había pasado recientemente por nuestro escenario de Valles, formando parte
de la banda de los hermanos Tejedor, en un papel básicamente rítmico frente al lucimiento
de gaita y acordeón. En esta ocasión su forzoso protagonismo reveló un profundo
conocimiento y amor por la obra de Hendrix, recreando toda su psicodélica
energía y su genialidad.
La hora y media de concierto fue
un continuum de los superhits de la Jimmi Hendrix Experience: Abrieron con el
que da nombre a la banda, ‘Manic depression’, encadenando temazo tras temazo (los
pongo sin orden porque no me pillé el setlist ni apunté nada, del subidón que
llevaba): ‘Crosstown Traffic’, ‘Fire’ ‘Foxey ladie’, ‘Stone Free’ ‘Voodoo
Child’, ‘Hey Joe’, ‘Little Wing’, el bluesazo ‘Red House’,‘The wind cries mary’’,
‘Purple Haze’, la versión de ‘Sunshine of your love’ de Cream y algún otro que
seguro me habrá dejado en el tintero. A pesar de que en ciertos momentos se
apreciaba la falta de rodaje del recién estrenado repertorio, la experiencia de
estos profesionales estuvo en todo momento por encima de cualquier entuerto,
del que salieron con soltura y estilo.
En el escenario, pura descarga de
hard rock, psicodelia y blues con la libertad que el trío original supo
inspirar. La base rítmica, con impecables líneas de bajo, junto a una batería
sólida y contundente bajo la segura pegada de Herrero, al que le salía las
baquetas volando de vez en cuando de pura caña, crearon unos recios mimbres
para el lucimiento de la guitarra. Transmitiendo una palpable devoción por el
Jimi original, Rubén recreó rifs, melodías, solos y efectos sonoros de todo tipo. El equipazo
que llevaba consigo le permitía emular con envidiable fidelidad las resonancias
y efectos de la Fender de Hendrix, sus aullidos, sus texturas, su increíble
densidad y al mismo tiempo su ligereza única. Todo ello con una oportuna dosis
de improvisación, característica de la original Experience y en las que Rubén
se mostró en todo momento muy cómodo.
A pesar de que no éramos muchos
los presentes en la sala, el impecable sonido, la música envolvente y
psicodélica, y las imágenes de Hendrix y su banda en la gran pantalla del
escenario, nos sumieron a más de uno en un trance especialmente delicioso y
sensual. Tras 90 minutos de selecto repertorio acabaron con un bis muy
reclamado entre los que estábamos ya arrebatados, repitiendo el ‘Crosstown
Traffic’ y la versión asturianizada pero igual de salvaje del himno
estadounidense barras y estrellas, sustituido aquí por el ‘Asturias patria
querida’.
Un concierto del que nos ha
quedado un estupendo regusto y que habría hecho las delicias de cualquier
aficionado a la música de Hendrix. Felicitamos al estupendo trío ‘Manic
Depression’ grandes amigos de nuestra asociación y esperamos que esta actuación
no haya sido la única y tengan ocasión de moverla por otras salas con su
estupendo directo. Muy recomendable.
Traducido por Miguel Isla
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