Abanico de ritmos, pasión, fuerza, delicadeza…, así podríamos resumir el gran concierto de Francis Ligero y “Las Cuatro Esquinas” que comenzó un tanto frío, no por el artista si no por un público sin prisa y relajado en el inicio, pero fue breve, solo con el “martinete” y “toná” que Francis nos brindó a cappella, metió a todo el mundo en vereda. A partir de ahí, mezcla de sonidos empezando por su segunda pieza, también de composición propia y aun en solitario con su guitarra, una “guajira” que sorprendió a todos. Luego ya con toda la compañía sobre el escenario, Emilio Cerraduela al bajo, Samuel Akinola a la percusión, Diego Oliveros al violonchelo y una Virginia Herrero que arrancaba la primera gran ovación de la noche desprendiendo y transmitiendo todo, absolutamente todo lo que se propuso, maravillosa y que además presento y lució varios trajes a lo largo del pase.
Cabe destacar el ocasional tablao flamenco que vistió al concierto, la improvisada cámara negra decorada solo con el colorido de los claveles rojos, con un suelo de tablero negro para el taconeo de la bailaora y todo hay que decirlo, un sonido más que aceptable.
Hubo versiones de temas conocidos como el “se dejaba llevar” de Antonio Vega y el “Camarón” de Pata Negra que todo el público acabo cantando, incluso a cappella, junto al artista y que además sirvió para cerrar el bis y el concierto. Pero hubo más, mucho más, “seguidilla”, “bulería”, “farruca”, “sevillana”……, qué más podemos pedir, nada, en todo caso dar, dar las gracias a este magnífico cantaor, el maestro Francis Ligero y a su estupenda compañía “Las Cuatro Esquinas” por ofrecernos este gran concierto, como no, en Valles.
Jorge A.-Nava
Jorge A.-Nava
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| FLAMENCO FRANCIS LIGERO 05/10/2012 |
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