La historia de Edith
Bouvier y su octogenaria Madre, prima y tía de Jacqueline Bouvier Kennedy
Onassis, refugiadas durante más de dos décadas en las ruinas de la mansión
familiar de Grey Gardens en East Hampton (Nueva York), rodeadas por un centenar
de gatos, un mapache y toneladas de basura, inspiró en 1975 un documental que
capturó el universo distante e irreal en el que se encerraban las dos mujeres. Tras
la muerte de su madre, Edith abandonó Grey Gardens, se mudó a Manhattan, actuó
en cabarets cantando y contando historias de su extraña vida y acabó sus días
en un apartamento en Florida. Pero lo más interesante fue el efecto que Edith
produjo sobre los diseñadores más famosos del mundo. Su ropa cara y sofisticada
quedó anticuada, por lo que decidió reinventar su vestuario. Camisetas como
turbantes, manteles amarrados con alfileres, faldas llevadas de manera inversa,
chalecos de atrás para delante y trajes de baño combinados con tacones fueron
algunos de sus vanguardistas estilismos.
Y llegados a este punto
os preguntaréis ¿Qué tiene que ver todo esto con el concierto del pasado sábado
23 de febrero en Valles? Mucho, porque esta historia tan fascinante ha servido
también de inspiración al nuevo proyecto de Sandra Lusquiños, bajo el nombre artístico
de Alexandra in Grey. La cantante y compositora avilesina ya nos había visitado
el pasado mes de octubre durante las jornadas de Jazz y nos había sorprendido
con su gran voz. En esta ocasión, se rodeó de ocho excelentes y veteranos músicos
de la escena asturiana, muchos de los cuales ya habían pasado por Valles con
formaciones como Amón Ra, Alto Volto, Stormy Mondays o Latin-Va. Alexandra in
Grey está a punto de publicar su primer disco y llevan meses arreglando y
poniendo a punto en el estudio y en local de ensayo un repertorio íntegramente compuesto
por Sandra. La sede de la Asociación les pareció el lugar perfecto para tener
una primera toma de contacto con el público y nos quisieron dar esta sorpresa
con la idea de rodar los nuevos temas y dar un regalo al colectivo Bocanegra
por su labor a favor de la música en directo. La noche del sábado fue también
especial ya que la Asociación quiso aprovechar el concierto para apoyar a Juan,
que regenta el chigre de Valles y estas pasadas navidades sufrió un robo. El
público colaboró de forma generosa depositando su aportación en las huchas
preparadas para la ocasión.
El despliegue de
instrumentos sobre el escenario era espectacular: Batería, dos teclados, bajo,
sección de viento con trombón, trompeta y saxo, varias guitarras, mandolina y
hasta un ukelele que era tan pequeño que parecía de juguete. Pasadas las once y
media de la noche y con el local en plena ebullición, los ocho músicos
arrancaron con un instrumental contundente y de toques soul tras el que Sandra
subió al escenario para cantar “In the Sun” y “Coming Down”, dos temas
luminosos de pop sesentero y con coros acompañando en los estribillos que
pusieron a todo el mundo de buen humor. A continuación Sandra, con un precioso
vestido azul marino y unos zapatos de tacón en color crema de los que Edith
Bouvier se hubiese sentido orgullosa presentó “A Song for You”, un blues
dedicado a las personas que ya no están y “Under the Moonlight” sobre las
promesas que no podemos cumplir y que recordaba a las mejores baladas rock de
Queen en los setenta. En ese momento Sandra se bajó del escenario y Miguel a la
batería cantó “When You Smile” mientras aporreaba los parches de forma
frenética y los vientos soplaban a pleno pulmón. El sonido una vez más
impecable, y eso que el técnico se había tenido que aplicar concienzudamente
durante la prueba al tener que sonorizar a tantos músicos en el escenario. Me
atrevería a decir que la sede de Valles tiene uno de los mejores sonidos de
nuestra región gracias a Jorge Nava, que es un fenómeno de la ecualización.
Tras un breve
descanso Sandra se puso sola al piano y cantó “Don’t Cry” una preciosa balada
con tintes a lo Norah Jones, “Let me Know” acompañada de la guitarra y “I said
to the Moon” que habla del instinto asesino que nos entra cuando alguien nos
abandona y que estuvo acompañada por el ukelele, el clarinete y la trompeta con
sordina. El toque ABBA de la noche llegó con “Alice” con mandolina y palmas
para dar paso a “Change the World” otro temazo pop que Olivia Newton John y la
ELO podrían haber cantado perfectamente en Xanadú. Sandra cedió el protagonismo
una vez más a Kike, uno de los guitarristas, que cantó una versión del conocido
“Sister Golden Hair” de la banda de folk-rock América y al acabar bromeó dando
las gracias por la oportunidad que le habían dado, mientras sus compañeros le
decían que dejase de hacer el Bisbal. Con el tema de sabor country, teclado,
steel-guitar y maracas endiabladas “Say Goodbye” Sandra demostró que su cálida voz
puede con cualquier registro, para después transportarnos a los años 50 con
“Losing You” simulando una llamada telefónica con el batería mientras la
sección de viento ya estaba despendolada por completo. Para acabar dos temas
más, el pop intimista de “Restless Heart” y la traca final con “Tell Me Why” y
toda la banda dando saltos. Ante la insistencia del público nos ofrecieron como
bis el tema “In the Sun” con el que habían abierto el concierto.
Como en el
documental, en el que madre e hija dependen
de ellas mutuamente y es por eso que continúan en Grey Gardens, Sandra y su
banda hacen una simbiosis perfecta. Ha sido una gozada disfrutar de una voz y
unas canciones apoyadas por la destreza de unos músicos que transmiten
entusiasmo y buen rollo a raudales. Estaremos de nuevo con Alexandra in Grey en
su presentación oficial que tendrá lugar el próximo 13 de abril en el Teatro
Palacio Valdés de Avilés. Volveremos a disfrutar de su singular propuesta,
caracterizada por la mezcla de estilos y un toque vintage. En cuanto la
maquinaria esté perfectamente engrasada no habrá quien los pare y sonarán con
fuerza. Esperamos que vuelvan a Valles y nos hagan otro regalo, esta vez con el
nuevo disco, que estamos ansiosos de escuchar, bajo el brazo.
Jasón Martínez.
ALEXANDRA IN GREY 23/02/2013 |
3 comentarios:
Hay que ver que bien me vende esti chaval
Decir que son buenos es quedarse corto.
Excelentes músicos.Derroche de alegría,color y buen hacer.
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